viernes, 27 de agosto de 2010

Somos un Todo!


La enfermedad, es en realidad un recordatorio autoimpuesto, (por el alma) para entender y acordarse quien es realmente uno y de lo íntimamente que estamos conectados con la Creación y con todos sus seres.
El universo es una gran trama de pautas energéticas inseparables, un todo dinámico que incluye de forma esencial al individuo. Po lo tanto no existe (lógicamente), eso que denominamos “parte”, no somos parte de un todo. Somos un todo.
El punto de vista de la individualización en un todo, crea un respeto y aceptación de cualquier cosa que experimenten otros seres humanos; mientras que la idea de la separación promueve miedo y victimización, producto de la ilusión de estar alejados de Dios. Al olvidar esta unión y quienes somos, se crean bloques en el campo aural, que es la representación propia de lo que cada uno entiende por la “realidad”, estos bloques alteran el saludable flujo de energía que corre por el aura, lo que desemboca en la enfermedad. Se convierte en lo que se denomina: alma-sustancia estancada, son las “manchas” de energía-conciencia que se separan del resto de nosotros creando, primero bloques, después muros y uno va olvidando quien es realmente y creando nuevos olvidos. Cuanto más tiempo permanezcan estos muros, mas separan al Yo del Todo.
Por eso la enfermedad es un recordatorio que sirve para acercarnos hacia el Yo verdadero, hacia el Todo, hacia Dios, hacia nuestra Esencia.

jueves, 5 de agosto de 2010

El campo áurico y los chacras en el ser humano



El campo energético humano es una manifestación de la energía universal que interpenetra todo lo existente. Usualmente se le denomina Aura, es una energía luminosa que rodea el cuerpo físico y penetra en el, y que emite su propia radiación característica. El aura es la parte del Campo energético universal que también se asocia a los objetos. El aura humana es la parte del Campo energético universal relacionado con el ser humano.
El aura humana se divide en “cuerpos” o “capas”, que se interpenetran y rodean mutuamente en capas sucesivas y cada una tiene su propia función. Cada cuerpo áurico subsiguiente está compuesto por sustancias más finas y vibraciones mas altas que el cuerpo al que rodea y en el que penetra.
Si estas capas se contaminan, provocan enfermedades físicas, psicológicas, emocionales y de todo tipo. La persona anda sin energía, depresiva, siente que la vida le pesa y todo esta en tinieblas (literalmente es así, pues su aura está ennegrecida y la luz no puede manifestarse en su vida)
Los “chacras” (del sánscrito que significa rueda), son unos centros o vórtices energéticos que se sitúan en el campo áurico del ser humano y cumplen la función de intercambiar energía con el Campo energético universal, para así alimentar los diferentes cuerpos del aura y también el cuerpo físico. Son muchos, pero los principales son siete.
Estos vórtices pueden estar abiertos o cerrados. Si están abiertos, la energía fluye y la persona goza de buena salud física, mental y emocional, se siente feliz y positiva; pero sin embargo cuando están cerrados, la energía no les llega a los órganos ni al aura y la persona se enferma, cambia su visión de la vida y pareciera que se perdiera en una nube tóxica y oscura donde no hay salida.
Por eso es tan importante sanar primero este aspecto del ser humano, para así sanar el cuerpo material, porque si se sana el síntoma o el órgano del cuerpo, pero el chacra que alimenta ese órgano aún permanece cerrado, volverá a manifestarse, con el tiempo, una enfermedad. Obviamente, por ejemplo en caso de una cirugía, no se debe perder tiempo en sanar primero el aura, sino en salvar la vida de la persona. Después vendrá en turno del aura y sus chacras.

Con respecto a la sanación...


“ Una nueva idea, se considera, de entrada, ridícula, y mas tarde se desestima por trivial, hasta que por fin se convierte en lo que todo el mundo sabe.”

William James.

" El cuerpo es una bodega de emociones y de creencias que vuelven, gritando como síntomas. "

Ken Dychtwalt.

" El sol brilla a través del vidrio y el fuego irradia calor a través de las paredes del horno, pero ni el sol pasa por el vidrio ni el fuego por el horno; así, también el hombre puede actuar a la distancia, sin salir del lugar en que se encuentra."

Paracelsus.

“Los milagros no se producen en contradicción con la naturaleza, sino sólo en contradicción con lo que conocemos de la naturaleza”

San Agustín.