viernes, 27 de agosto de 2010

Somos un Todo!


La enfermedad, es en realidad un recordatorio autoimpuesto, (por el alma) para entender y acordarse quien es realmente uno y de lo íntimamente que estamos conectados con la Creación y con todos sus seres.
El universo es una gran trama de pautas energéticas inseparables, un todo dinámico que incluye de forma esencial al individuo. Po lo tanto no existe (lógicamente), eso que denominamos “parte”, no somos parte de un todo. Somos un todo.
El punto de vista de la individualización en un todo, crea un respeto y aceptación de cualquier cosa que experimenten otros seres humanos; mientras que la idea de la separación promueve miedo y victimización, producto de la ilusión de estar alejados de Dios. Al olvidar esta unión y quienes somos, se crean bloques en el campo aural, que es la representación propia de lo que cada uno entiende por la “realidad”, estos bloques alteran el saludable flujo de energía que corre por el aura, lo que desemboca en la enfermedad. Se convierte en lo que se denomina: alma-sustancia estancada, son las “manchas” de energía-conciencia que se separan del resto de nosotros creando, primero bloques, después muros y uno va olvidando quien es realmente y creando nuevos olvidos. Cuanto más tiempo permanezcan estos muros, mas separan al Yo del Todo.
Por eso la enfermedad es un recordatorio que sirve para acercarnos hacia el Yo verdadero, hacia el Todo, hacia Dios, hacia nuestra Esencia.

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